viernes, 15 de junio de 2012

¿Es posible aplicar un modelo de generación distribuida a la economía europea?

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Uno de los objetivos de este blog es divulgar las bondades de un modelo energético distribuido (producir la energía en el mismo lugar donde se va a consumir) por las bondades en cuanto a eficiencia, economía y sostenibilidad que un modelo así diseñado tiene. Las grandes empresas energéticas, naturalmente, no pueden estar a favor de este modelo de producción ya que significaría una pérdida importante de su cuota de mercado.

Es curioso cómo puede extrapolarse esta circunstancia a la zona euro de la Unión Europea. Desde 2008, año que se recordará cómo uno de los más negros en la historia mundial contemporánea, la crisis económica que comenzó en Estados Unidos ligada al sector inmobiliario de aquel país se ha extendido por todo el mundo golpeando especialmente a países económicamente más vulnerables.

Este ha sido el caso de economías de la zona euro que no eran suficientemente competitivas internacionalmente.

Los países tienen herramientas económicas que le permiten adaptarse a los mercados dependiendo de la evolución de estos. En periodos de crisis, como el actual, el mecanismo que se puede utilizar es el de la devaluación de la moneda. El mecanismo es muy simple:

A principios de año una barra de pan cuesta 1 dólar en Estados Unidos y 100 ptas (volvemos a la peseta, después explicaré porqué) en España. Durante el año la economía estadounidense se muestra más competitiva (no suben los precios, la maquinaria es más eficiente y consume menos energía, el nivel impositivo del país es reducido, etc.). En España ocurre todo lo contrario la inflación se dispara, las máquinas cada vez cuestan más y se rompen con más frecuencia, el gobierno sube el IVA, el IRPF, los impuestos especiales sobre hidrocarburos, etc, etc.

Conclusión: al final de año el pobre panadero español tiene que vender la barra de pan a 200 ptas o no le salen las cuentas.

Ambos panaderos, el americano y el español, acuden el 31 de diciembre a la gran Feria Internacional del Pan en Stuttgart. El español con su barra a 200 ptas y el americano a 1 dólar. El cambio de la moneda sigue a 1 dólar = 100 ptas. Cómo es una feria internacional todo el mundo va con dólares a comprar y el panadero español hace sus cuentas: vendo la barra a 200 ptas, como un dolar son 100 ptas, pues a 2 dólares la barra. Pone su cartel en el stand: Barra de pan a 2 dólares.

El americano hace lo mismo y también pone su cartel: Barra de pan a 1 dólar.

¿A igualdad de calidad quien venderá más pan?

Está claro que el americano. El mercado y la ley de la oferta y la demanda son aquí demoledores.

El español se vendrá a España con una gran frustración. Su producto no es competitivo internacionalmente y no ha vendido nada. Sin embargo, tiene que seguir viviendo, aunque no venda. Pedirá un RESCATE a su oficina bancaria en forma de hipoteca sobre sus bienes para continuar su actividad durante unos meses más. ¿Qué futuro le auguramos al panadero?¿Podrá, en estas circunstancias, seguir solicitando rescates a los bancos durante muchos años?

Está claro que la única opción es la mejora de su competitividad. Sin embargo, en el corto plazo parece dificil que pueda alcanzarla, con lo que la única opción sería que el gobierno devaluara la peseta para que internacionalmente el pan español fuera competitivo. 1 dólar = 200 ptas. Ahora, cuando el panadero acuda de nuevo a una feria internacional podrá vender su pan a 200 ptas, costándole al comprador sólo 1 dólar.

¿Por qué no se hace esto ahora en la zona euro para que la competitividad de los países se adapte a su realidad económica? Simplemente porque no podemos. El mercado único europeo establece una única moneda para todos los países que realizan su actividad económica dentro de la zona euro. Da igual que países como Alemania tengan su economía saneada y otros como España, no.

Por lo tanto, está claro que en situaciones de crisis, como la actual, es muy complicado mantener un sistema centralizado en la Unión Europea que trate a todos los países por igual. Este sistema centralizado se muestra como poco eficiente. De la misma forma que ocurre con los grandes productores energéticos que producen energía sin tener en cuenta las características de la zona geográfica donde la están produciendo y la distancia para el abastecimiento al consumidor final.

De esta forma sólo hay una posible salida, en el corto plazo, a la actual situación económica en la zona euro: salida de la moneda única, vuelta a las monedas nacionales (en el caso de España la peseta), devaluaciones y mejora de la competitividad (esta mejora pasa, entre otras medidas, por la creación de un nuevo modelo energético basado en la generación distribuida).

Permanecer en la zona euro implica una salida de la crisis a medio plazo. Sin embargo, garantiza a largo plazo mayor estabilidad monetaria y política. Además de contar con una moneda única en el mundo. Sin embargo, para que esta moneda, además, sea fuerte deberá ir acompañada de una mayor competitividad económica.