sábado, 5 de enero de 2013

La eficiencia energética que España no quiere

En estos días en los que abundan los buenos deseos y las promesas y esperanzas de prosperidad, nos encontramos con un incumplimiento más, el enésimo, por parte del gobierno de España.

La anunciada publicación del Real Decreto por el que se regulará el programa de eficiencia energética aprobado mediante Directiva Comunitaria 2012/27/UE (conocida como la del ahorro del 20% del consumo energético en 2020) y que debía de haberse traspuesto al ordenamiento interno español, resulta que no sólo no se ha publicado, sino que nadie sabe a ciencia cierta cuando se realizará la trasposición de la misma.

Aunque esto no debería extrañarnos mucho porque España, junto a Portugal, han sido los dos únicos países que se han mostrado en contra de esta Directiva no votándola. Se arguye que en España estamos muy avanzados en materia de eficiencia energética y que todo lo que teníamos que hacer antes de 2020 en este sector, ya está hecho.

El sector de la eficiencia energética es uno de los más pujantes en todos los países de la Unión Europea e incluso, fuera de las fronteras comunitarias, se están produciendo grandes inversiones relacionadas con el ahorro energético, también en países en vías de desarrollo.

En una situación económica, como la actual, no deben descartarse ninguna posibilidad de generación de empleo y riqueza, máxime cuando estos desarrollos contribuyen ha disminuir el consumo de combustibles fósiles que son una carga económica trascendental para nuestra balanza de pagos.

En vez de eso, se sube el recibo de la luz, el precio de los combustibles y de los transportes públicos. Queda de manifiesto que los grandes lobbies energéticos ejercen mucha no, muchísima, presión al gobierno para que no posibilite la entrada en el mercado de nuevas empresas que hagan perder a las grandes compañías cuotas de mercado.

La trasposición de distintas Directivas que hemos ido recogiendo en este blog, todas paradas por el gobierno, hubiera permitido la entrada en vigor de las certificaciones energéticas en edificios, del autoconsumo y del balance eléctrico neto, permitiendo la creación de empleo que impulsaría la economía hacia el crecimiento sostenible. Ahora tendremos que seguir esperando mientras la Unión Europea nos sanciona una vez más por incumplimiento normativo.

2 comentarios:

Carlos Bozalongo dijo...

Resulta alucinante que arguyan que en España estamos muy avanzados en eficiencia energética. ¿Es eficiente que Red Eléctrica de España, por poner solo un ejemplo, haya sobredimensionado nuestra red de 400 kV en casi un 200%? (véase: http://www.serviciosenergeticos.org/2010/11/ree-y-la-dimension-de-su-red-de-400-kv.html). Teniendo en cuenta que esas líneas las hemos pagado entre todos, en lo que somos eficientes es en saquear las arcas públicas.

Antonio J. Martínez dijo...

Los planteamientos de la Unión Europea están mucho más avanzados que los nacionales. La pretensión es que todos los edificios públicos y viviendas sean eficientes desde un punto de vista energético y que posean una certificación que indique cuan eficientes son. Si el usuario de estas viviendas consume por encima del estandar certificado será penalizado por ineficiente.