Mediante el proceso de fotosíntesis, el CO2 previamente generado en procesos de combustión, se descompone liberando oxígeno puro a la atmósfera y fijando el carbono en la materia vegetal. Todo el CO2 que se produce en la combustión de la biomasa ha sido previamente fijado por la planta, por lo que la utilización de este tipo de energía no produce incremento neto de este gas de efecto invernadero en la atmósfera.
Este ciclo que se produce de forma natural recibe el nombre
de ciclo del carbono y se define como las transformaciones químicas de compuestos
que contienen carbono en los intercambios entre biosfera, atmósfera, hidrosfera
y litosfera.
De este ciclo depende la producción de
materia orgánica en la Tierra. El carbono es un componente esencial para todas
las formas de vida del planeta, ya que interviene en la fotosíntesis bajo la
forma de dióxido de carbono o de ácido carbónico. Además, forma parte del
compuesto fundamental para la alimentación y respiración de los seres vivos:
la glucosa.
La reserva fundamental de carbono, en moléculas de CO2 que
los seres vivos puedan asimilar, se encuentra en la atmósfera y la hidrosfera.
Este gas está en la atmósfera en una concentración superior al 0,03% (300 ppm) y
cada año aproximadamente un 5% de estas reservas de CO2 se consumen en los
procesos de fotosíntesis. Esto implica que todo el dióxido de carbono se
renueva en la atmósfera cada 20 años.
En el gráfico siguiente observamos la evolución de la concentración
de CO2 en la atmósfera tomadas desde el Observatorio de Mauna Loa en Hawai, un
estación de referencia ya que desde el año 1956 se encarga de monitorizar la
concentración de gases en la atmósfera y muy especialmente realiza el
seguimiento del dióxido de carbono.
En estas últimas cinco décadas, la concentración se ha
incrementado en 100 ppm (partes por millón), ya que a mediados de los años
cincuenta del pasado siglo la concentración era algo mayor a 300 ppm. A
mediados de 2014 se alcanzó la cifra record de 400 ppm.
La vuelta de CO2 a la atmósfera se produce cuando en la
respiración, los seres vivos oxidan los alimentos. En el conjunto de la
biosfera la mayor parte de la respiración la realizan las raíces de las distintas
especies vegetales y los organismos que habitan en el suelo.
De la misma forma que el CO2 es consumido por los organismos
fotosintéticos, se reemplaza por medio de la respiración de los seres vivos,
por la descomposición de la materia orgánica y como producto final de
combustión de los combustibles fósiles, principalmente carbón, petróleo y gas
natural.
Como conclusión podemos decir que en el ciclo del carbono participan tanto los seres vivos en su proceso natural de respiración y asimilación de alimentos, y otros fenómenos naturales como pueden ser los incendios. Además, los seres vivos acuáticos toman el CO2 del agua, siendo los océanos los grandes contenedores de carbono, ya que la solubilidad del dióxido de carbono en el agua es muy superior a la que tiene el aire.
Como conclusión podemos decir que en el ciclo del carbono participan tanto los seres vivos en su proceso natural de respiración y asimilación de alimentos, y otros fenómenos naturales como pueden ser los incendios. Además, los seres vivos acuáticos toman el CO2 del agua, siendo los océanos los grandes contenedores de carbono, ya que la solubilidad del dióxido de carbono en el agua es muy superior a la que tiene el aire.
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