lunes, 30 de marzo de 2009

Sobre el liderazgo de España en el mundo

El impulso que la gran olvidada de las renovables, la termoeléctrica (energía solar térmica de media y alta temperatura) necesitaba, se produjo con el apoyo vía precio durante el año 2007. A partir de este momento una gran cantidad de proyectos que se han puesto sobre la mesa: 14.000 MW pedidos. No debemos olvidar que en España tenemos casi 9.000 MW nucleares instalados y que la energía eólica sobrepasa ya los 15.000 MW.

La noticia es buena, sin lugar a dudas. La gran crisis económica que atravesamos se une a la energética que de forma cíclica asoma sus dientes cuando menos lo esperamos. Solo el gran parón en la actividad industrial de medio mundo nos da un pequeño respiro en cuanto a los precios que tenemos que pagar por el uso de los combustibles fósiles. No obstante, todos sabemos que esta situación es totalmente transitoria y el fantasma de los 200 dólares el barril de petróleo volverá a volar sobre nuestras cabezas mas pronto que tarde.

En palabras del propio Obama, España está llamada a liderar el cambio en el modelo energético actual. En la reunión que tiene pendiente el líder norteamericano con el presidente del gobierno español se debatirá seguro sobre esta situación. La gran revolución industrial que en el siglo XVIII surgió en Gran Bretaña permitió que este país "gobernara" el mundo durante un gran número de años. Los resultados de este gobierno que se extendió a otros países europeos son aun patentes: gran inestabilidad en las antiguas colonias, miseria y marginación. El crecimiento de estas colonias, primero y países independientes después, quedo estancado en favor del desarrollo de los países occidentales.

La nueva revolución, que también está produciéndose en occidente, debe ser más justa y solidaria, sin que ello implique renunciar al crecimiento económico para los países occidentales.  La utilización de recursos naturales no requiere ahora una gran concentración para que puedan ser utilizados de forma eficiente (en todas partes del mundo existe viento, agua, sol y biomasa de forma conjunta o separada). Esta dispersión permitiría que cada país utilizara sus propios recursos naturales para producir la energía que necesita, haciéndose más independiente del resto. 

Las energías renovables tienen la ventaja de articular un nuevo modelo energético que permite que el crecimiento económico sea global y no local como ha venido sucediendo tradicionalmente.


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