En este sentido estudiamos productos como celulosa, hierba, paja y algas (estas últimas podrían ser consideradas como materia prima base para la producción de combustibles de “tercera generación”).
Los biocombustibles que se obtienen con materias primas de segunda generación aun no están tan generalizados como los de primera generación y requieren altas inversiones en investigación y desarrollo. No obstante, en ellos recae la gran responsabilidad de ser la solución a medio y largo plazo a los problemas de abastecimiento energético a la que nos enfrentaremos en el corto plazo.
Las materias primas que se están utilizando para extracción de etanol en el mundo difieren según el país que analicemos. Especialmente significativos son los casos de Estados Unidos y de Brasil por el volumen de producción. Sin ningún género de dudas el sistema que se está utilizando en Brasil es mucho más eficiente y sostenible que el utilizado en Estados Unidos. Además el coste que supone la producción de etanol, desde un punto de vista ambiental y social, es también mejor en el caso de Brasil.
El Congreso de Estados Unidos ha dado un empujón a la producción de bioetanol en todo el país. Se ha articulado un sistema de desgravaciones fiscales y medidas proteccionistas estableciendo que 28.000 millones de litros de carburante en el país deberán ser biocombustibles para el año 2012.
Tradicionalmente el gobierno de Estados Unidos ha subvencionado actividades del sector petrolero durante decenios, así como desgravaciones fiscales, por lo que una ayuda temporal que fomente el desarrollo de nuevas tecnologías tendentes a la producción de bioetanol esta más que justificada. Este modelo es el que debe ser utilizado también en España, pero con cultivos más eficientes.
Además mientras que los subsidios que se aplican al petróleo se dirige a las compañías energéticas más importantes del mundo, las subvenciones del bioetanol se destinan a pequeñas zonas rurales del país, con lo que se genera renta agrícola y se consigue una menor inmigración hacia las ciudades.
La obtención de bioetanol mediante maíz tiene como desventajas que el proceso de fermentación se desprenden grandes cantidades de CO2. La mayoría de plantas queman gas natural o carbón para producir el vapor que hace posible la destilación.
Para poder producir grandes cantidades de maíz se necesitan abonos nitrogenados que se fabrican con gas natural y maquinaria diesel para el mantenimiento del cultivo.
Por lo tanto, podemos concluir que el etanol producido con maíz, ofrece un balance energético mínimo. Entendiendo por balance energético la relación entre la energía fósil necesaria para obtenerlo y energía que finalmente produce.
En el otro lado de la balanza tenemos a Brasil que empezó a utilizar alcohol para sus vehículos en la segunda década del siglo XX. Pero no fue hasta los años ochenta, debido al embargo internacional de la OPEP, cuando el gobierno se planteo llevar a cabo un programa nacional para la producción y distribución de alcohol por todo el país.
La obtención de bioetanol con maíz implica el aporte de enzimas muy costosas que garanticen el proceso de fermentación. La gran cantidad de azúcar que contiene la caña hace que el proceso de fermentación empiece prácticamente al cortarla.
El cultivo de caña de azúcar puede producir entre 5.700 y 7.500 litros por hectárea, más del doble de lo que puede conseguirse cultivando maíz.
En Andalucía, concretamente en Málaga, se disponen de datos históricos en los que en el término municipal llegaron a producirse 115.000 toneladas de caña al año. Esta producción implicaría la obtención de de casi 5 millones de litros de bioetanol al año.
La eficiencia de las plantas generadoras de bioetanol mediante caña de azúcar es muy elevada, del orden de 8 unidades energéticas por cada unidad de combustible fósil consumida. La utilización de nuevos tractores para realizar la recolección y la aplicación de nuevas técnicas de gestión permitirían obtener niveles mucho mayores, entorno a 12-13 unidades.
El fomento de cultivos energéticos debe potenciarse tanto por el lado de la oferta como de la demanda. Podemos destacar las siguientes medidas por la parte de la oferta:
- Incluir aranceles a la importación de productos provenientes fuera de la UE.
- La administración debe fijar unos precios mínimos relacionados con la evolución del barril Brent y con el precio de las materias primas en los mercados internacionales.
- Incremento del incentivo por hectárea cultivable.
- Incremento de la superficie primable para los agricultores que decidan producir cultivos con fines energéticos.
- La obligación de incorporar un porcentaje mínimo de biocombustibles en las gasolinas y gasóleos, el Plan de Energías Renovables fija un mínimo de un 5,83%.
- Que todos los vehículos públicos incorporen biocombustibles.
- Fomento de la red de distribución de biocombustibles.
- Campañas de información sobre las bondades de este tipo de combustible.
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