El pasado mes de abril se aprobó el nuevo RDL 6/2009, por el que se adoptan determinadas medias en el sector energético en el que el Ministerio de Industria se muestra decidido a reducir las primas que cobran los productores de energías renovables por la venta de la electricidad que generan. España se ha convertido en los últimos años en uno de los primeros productores mundiales de electricidad por medios renovables. Este crecimiento se ha producido gracias a las generosas primas pagadas por el gobierno que han hecho muy rentables los proyectos.
Ahora, desde el Ministerio se dice que estas primas son un coste más del sistema eléctrico y que están financiadas a cargo del déficit tarifario lo que ha originado un incremento considerable de la factura eléctrica española.
Esta forma de pensar pone de manifiesto el largo camino que aun queda por recorrer para que los planteamientos basados en el desarrollo sostenible sean una realidad. Desde el Ministerio no se consideran los daños ambientales que la producción, distribución y consumo de las energías tradicionales están suponiendo para nuestro país. Tampoco se consideran las grandes subvenciones y beneficios fiscales que estas energías reciben anualmente. Por contra, si que se analiza el precio que se paga a los productores de energías renovables, sin tener en cuenta el beneficio ambiental que su uso reporta, la sostenibilidad e independencia energética que suponen y el desarrollo económico nacional que propicia que España sea uno de los grandes productores de tecnología renovable propia.
Por lo tanto, no solo no se potencia el uso de energías renovables sino que se las hace responsable del incremento del precio de la factura eléctrica. Algo totalmente falaz. Baste un ejemplo: durante los últimos nueve años el incremento anual en los precios de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) ha sido mayor que el incremento del precio de la factura eléctrica, manteniéndose, artificialmente bajo, el precio que los consumidores pagan por el uso que hacen de la energía eléctrica. No en vano, tenemos que recordar que mas del 60% de toda la electricidad que se produce en España lo hace utilizando este recurso no renovable. ¿Es lógico que el incremento en el precio de la tarifa eléctrica todos los años sea incluso inferior al IPC, cuando el incremento en los precios de los combustibles fósiles se ha venido incrementando hasta en un 11% de forma anual?
Está claro que priman los criterios cortoplacistas a la hora de establecer una política económica relacionada con la disponibilidad y consumo de recursos naturales, mas que una planificación a medio plazo en la que se tengan en cuenta factores ambientales. No valorándose los recursos que proporciona la biosfera, fomentándose incentivos perversos para una estructura económica poco sostenible y generando residuos que originarán una depreciación del capital natural del país.
Podemos asegurar que concretamente esta decisión no originará un incremento en el bienestar real de la sociedad y tampoco será sostenible por cuanto el nivel de consumo no podrá mantenerse en el futuro con estos planteamientos.
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