¿Están las energías renovables heridas de muerte? ¿Hay alguna esperanza de crecimiento para el sector en el corto plazo?
Estas son algunas de las preguntas que miles de promotores renovables se hacen todos los días. Parece que un modelo energético sostenible, por el que tanto se apostó, ahora no sólo no es beneficioso para las sociedades sino que además supone un auténtico lastre para la economía de cualquier país. Nada más lejos de la realidad.
La filosofía que siempre ha caracterizado al modelo energético basado en fuentes renovables ha sido la democratización de la energía. El modelo monopolístico tradicional, donde unas pocas empresas energéticas dominan la producción y distribución de energía no es sostenible de forma indefinida en el tiempo. Por este motivo, es imprescindible un cambio en este modelo con vistas a satisfacer la demanda de energía de la población.
El balance neto eléctrico es una herramienta que puede contribuir a alcanzar estos objetivos. Apoyada, al menos de cara a la galería, por el gobierno que ha encargado un estudio sobre la viabilidad del modelo a la Comisión Nacional de Energía (CNE) e impulsada por las asociaciones sectoriales que se han unido como una piña elogiando las bondades del sistema, tiene como objetivo fundamental que cada individuo, familia o empresa, sea capaz de producir energía eléctrica desde su domicilio que directamente se verterá a la red eléctrica.
Parece que no es algo tan novedoso. Esto ya se hacía desde hace tiempo. Lo novedoso, ahora, es que el productor no tendrá que constituirse en empresa, ni registrar una actividad económica, para poder realizar esta instalación. Simplemente deberá instalar el sistema energético (solar, eólico, etc.) en su vivienda y con un contador bidireccional que registre tanto la entrada como la salida de energía eléctrica de su domicilio obtener una reducción en el importe de su factura mensual con la empresa comercializadora que tenga contratada.
De esta forma, si la vivienda permanece vacía durante todo el día, la instalación estará produciendo energía eléctrica que el contador estará registrando, generando ingresos económicos para la familia o la empresa. La tarifa a la que se pagará esta energía será la vigente según la TUR en ese momento.
La instalación sólo necesita los paneles, inversor y estructura soporte, por lo que muchas empresas ya están comercializando estos “kits” que son de muy fácil instalación y mantenimiento.
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