Que vivimos en un mundo
globalizado ya nadie lo discute. Ese fenómeno, el de la globalización, sin
embargo, no se entiende en profundidad. Lo que rápidamente viene a la cabeza
cuando se habla de él es la Coca Cola, Mc Donalds, grandes cadenas de hoteles,
bancos, industrias, tiendas de textiles y una economía en que el capitalismo lo
impera todo.
No obstante, nos sorprendería
saber que las raíces de la globalización no son recientes ya que tienen más de
500 años de antigüedad. Sus bases las encontramos en las grandes rutas
comerciales de Europa hasta Asia y América, con el descubrimiento del nuevo
mundo.
Los pilares que las sustentan son fundamentalmente tres:
- Diversidad en las condiciones climáticas y de productividad de cada región del planeta. En algunas zonas es más rentable plantar caña de azúcar y algodón que en otras, por ejemplo.
- Facilidad de transporte de mercancías y personas por todo el planeta.
- Estados centralizados con políticas económicas basadas en el mercantilismo y en la maximización del beneficio.
Parece difícil que si en una zona
del planeta se dan las condiciones óptimas para cultivar una determinada
especie vegetal, este cultivo no se vaya a realizar. Es algo así como si en un
pueblo o aldea no se cultivaran en los terrenos más fértiles, realizándose la
siembra en zonas de montañas con mucha pendiente porque es allí donde reside la
mayoría de la población.
A medida que se han mejorado las
comunicaciones, el transporte de mercancías y la explotación agrícola e
industrial a escala planetaria, la globalización se ha ido extendiendo. De esta
forma hoy podemos fabricar un producto y en 24 horas colocarlo en cualquier
parte del mundo. Sin justificar la globalización y reconociendo que tiene
muchos aspectos mejorables, hoy en día es la realidad que nos ha tocado vivir.
Además tiene muchos aspectos positivos que podemos aprovechar.
El diario económico Expansión,
publicaba recientemente que las economías de la zona LATAM (América Latina)
llevan 10 años creciendo por encima del 4%. Además se espera que este
crecimiento siga de forma mantenida durante todo el año 2013 y 2014. La
evolución del gigante chino determinará en gran medida el futuro crecimiento de
esta zona a medio plazo.
Sin embargo, este crecimiento
económico ha traído como consecuencia la disminución de la pobreza en la zona
del 44% en 2002 al 29% en 2012. Además la indigencia o pobreza extrema también
se ha reducido del 19,5 al 11,5% en este periodo de tiempo.
En el lado opuesto de la balanza
se encuentran rigideces productivas. Una economía basada sobre todo en la
exportación de materias primas y recursos naturales. Toda la zona mejoraría si
diversificaran su producción incorporando tecnología y adaptando su producción energética
hacia fuentes renovables. Además el incremento en la eficiencia energética de
industrias, viviendas y municipios haría sus productos más competitivos.
Para conseguir estos objetivos
toda la zona puede beneficiarse de los conocimientos y de las aplicaciones prácticas
que ya se han llevado a cabo en Europa. De esta forma no repetirán los errores
cometidos en la Unión Europea.
Los programas de formación
especializados son una puerta abierta hacia ese conocimiento. Profesores especializados,
trabajadores y directivos de grandes empresas energéticas e industriales que
comparten experiencias y modernas tecnologías de comunicación harán el resto. Con
este conocimiento y formación todos podremos mejorar la gran Aldea Global donde
vivimos.
1 comentario:
Fue todo un gusto visitarte, me encanto conocer tu blog.
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