miércoles, 20 de febrero de 2008

Parques eólicos marinos

El problema de la escasez de agua es más que evidente y las soluciones las tenemos a mano, más cerca que nunca.

Existe un binomio entre Energía y Agua que siempre ha estado presente en cualquier región del Planeta. Este binomio, hoy más que nunca, es capaz de solventar el problema de la carestía de agua a un coste razonable y sostenible de forma indefinida en el tiempo.

Batimetría Costas Europeas

Ciertas zonas litorales deben aprovecharse no solo para satisfacer las necesidades productivas del sector pesquero y del turístico, sino que también debe emplearse para la producción de agua potable y energía limpia que pueda abastecer las necesidades de la población que lo habita.

La mayoría de los países que han alcanzado un alto desarrollo eólico tienen ahora las miras puestas en el mar (parques offshore). Para 2013, Alemania espera contar con 1.200 MW eólicos instalados en el mar, mientras que en Dinamarca el objetivo es tener una potencia offshore instalada de 4.000 MW. Otros países europeos, como Reino Unido, Irlanda y Holanda, empiezan a instalar también aerogeneradores frente a sus costas o, como Francia, tienen planes para hacerlo.

Como ejemplo de parques eólicos marinos tenemos el parque eólico más grande de Dinamarca. Es el parque eólico offshore de Horns Rev, que se completó en 2002. Se sitúa en el Mar del Norte, a 14-20 km de la costa de Jutlandia. Con sus 80 turbinas Vestas 2MW, el parque eólico tiene una potencia total de 160 MW, lo que lo convierte en el mayor parque eólico offshore del mundo. El parque suministra la electricidad equivalente al consumo de 150.000 hogares daneses.

Las iniciativas de puesta en funcionamiento de parques eólicos marinos están planteando una serie de interrogantes legales y sociales que hasta ahora no se habían producido.

Estos parques eólicos deben asentarse en zonas costeras someras con elevadas intensidades de viento, en la mayoría de los casos suelen ser zonas de elevada importancia para la biodiversidad y la actividad pesquera. Hasta ahora los ecosistemas marinos solo han tenido un “propietario”, los pescadores, los cuales han tenido el derecho de uso (extracción de los recursos vivos del litoral).

En el caso español, este derecho se encuentra definido de forma bastante ambigua legalmente. Pudiendo afirmar, en la mayoría de los casos, que la extracción de recursos es un régimen de acceso abierto.

En los últimos años el ámbito marino de la zona costera, que históricamente sólo tenía interés pesquero, cada vez concentra un mayor número de intereses económicos entre los que podemos destacar el turismo, la acuicultura, las energías renovables, etc.

Como no existen derechos definidos para los diferentes usuarios tampoco existe un procedimiento de toma de decisiones establecido ni una planificación estratégica del uso de los recursos. Esto trae consigo que cada nuevo proyecto deba ser valorado por la administración que se encargará de su aprobación en función de su interés concreto, así como de su potencial impacto ambiental.

Como efectos beneficiosos podríamos destacar los derivados de la creación de una reserva artificial en la cual las distintas especies podrían cobijarse de los pescadores y desarrollar colonias en los arrecifes artificiales creados como bases para los aerogeneradores. Esto podría hacer que incluso se incrementaran el número de ejemplares que después emigrarían a otras zonas del litoral.

Las distintas administraciones públicas deberán solucionar, en los próximos años, una serie de aspectos que consideramos fundamentales:


  • Definir los derechos de propiedad del uso de del mar

  • Establecer una política estratégica del uso de la zona costera

  • Estudiar en profundidad las posibles afecciones y beneficios que grandes obras de infraestructura marina pueden originar al medio físico.

Los derechos de uso y explotación de los recursos marítimos deben definirse con claridad. Las nuevas tecnologías implican modificaciones legislativas que adapten los conceptos tradicionales ligados a la costa a las nuevas necesidades, contribuyendo a la mejora de las condiciones de vida de toda la población y procurando originar los menos conflictos posibles con los beneficiarios tradicionales.

Por la parte que nos compete, las autoridades locales y regionales deben potenciar, con el gobierno del país, los proyectos relacionados con el uso de energías renovables ya que la tecnología nacional está disponible y suficientemente contrastada. El resto de ciudadanos debemos ver esta fuente energética como una posibilidad económica y de progreso adicional.

Los costes de construcción de estos parques son superiores, pero también lo es la producción de energía (se puede conseguir un 50% más de energía gracias a que en el mar los vientos son más fuertes y constantes), por lo que esta tecnología tiene un futuro prometedor. Muy en especial en países con una alta densidad de población, con las consiguientes dificultades para encontrar un emplazamiento apropiado en tierra.

Como solución intermedia entre los parques eólicos en tierra y los situados en el mar, se están promocionando parques como el instalado en el Puerto de Bilbao en España. Las cimentaciones están ancladas en tierra firme, concretamente en un dique portuario, aunque las olas llegan a azotar las torres de los aerogeneradores que Corporación Eólica (CESA) instaló en este emplazamiento. Las máquinas deben tratarse contra los efectos corrosivos del ambiente marino para garantizar la mayor durabilidad de estas instalaciones. Este tipo de parques se clasifica en la jerga internacional como parque eólico near-shore (cerca de la orilla del mar).

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